Estudios en animales

H. capsulatum se ha aislado de numerosas especies de mamíferos entre las que se encuentran quirópteros, marsupiales, insectívoros, primates, roedores, perros y otros carnívoros, etc.[28,29].

Los estudios sobre la histoplasmosis animal en Cuba han sido escasos. En 1976, Font y Macola logran cultivar el hongo a partir de hígado, pulmón y bazo de murciélagos pertenecientes a cuatro especies, aunque no pudieron demostrar mediante la inmunodifusión doble, la presencia de anticuerpos específicos en el suero de estos quirópteros [30].

En un estudio similar llevado a cabo en nuestro laboratorio se aisló el hongo a partir de los órganos macerados de murciélagos capturados en cuevas de la Isla de la Juventud, pertenecientes a cuatro especies [31]. Según la literatura consultada hasta ese momento, era la primera vez que se informaba este hallazgo en la especie Macrotus waterhousei minor. Aunque se han hecho estudios en un total de 12 especies de murciélagos (de las 25 existentes en Cuba), H. capsulatum ha sido aislado en 6 de ellas (tabla 1)[30,31]. Estas seis especies tienen como refugio preferido las cuevas, lo que explica que sean éstas la principal fuente de infección demostrada en nuestro país. Cuatro de las especies son insectívoras, mientras que Artibeus jamaicencis es frugívora y puede encontrarse también en troncos y ramas de grandes árboles [31]. Taylor et al. han señalado una posible relación entre los hábitos alimentarios de los murciélagos y la histoplasmosis y, en particular, han sugerido la relación entre H. capsulatum y las especies insectívoras [29]. Sin embargo, en nuestro estudio el mayor porcentaje de aislamiento se obtuvo en A. jamaicensis, también llamado "el murciélago frutero del Caribe" por ser una especie eminentemente frugívora y cuyos posibles hábitos insectívoros, hasta el presente, no han sido demostrados.

La relación entre este hongo y los murciélagos es conocida a partir de los trabajos de Emmons, quien aisló, por primera vez, H. capsulatum a partir del guano de estos quirópteros [27]. A diferencia de las aves, estos mamíferos pueden desarrollar la infección pulmonar o sistémica o mantenerse asintomáticos, y son considerados vectores indirectos [32]. Los intentos de aislar el hongo de las aves han sido infructuosos y al parecer éstas no se infectan debido a su elevada temperatura corporal [3,28,29].

Los murciélagos constituyen un importante grupo de mamíferos, integrado por más de 2000 especies y subespecies cuyos hábitos alimentarios, costumbres, tamaño y hábitat son muy variados. Actualmente, se considera que ejercen un efecto negativo en la salud pública ya que constituyen importantes reservorios de algunas zoonosis de origen viral o parasitario y desempeñan un importante papel en la transmisión de enfermedades tales como la rabia, algunas arbovirosis, malaria, filariasis y tripanosomiasis americana entre otras [32]. En el caso particular de la histoplasmosis, los murciélagos desempeñan un doble papel; por una parte, a través de sus excretas proporcionan un sustrato muy rico para el crecimiento y desarrollo saprofítico de H. capsulatum en el suelo, y por otro lado, debido a sus hábitos migratorios, constituyen un importante vehículo para la diseminación del hongo en la naturaleza [32].

Además del mencionado estudio serológico en murciélagos [30], Macola y Font llevaron a cabo la determinación de anticuerpos anti-H. capsulatum en 11.316 muestras de sueros de ganado porcino, bovino, equino y ovino de la provincia de La Habana. Se obtuvieron resultados positivos, mediante inmunodifusión doble, en el 2,62 % y el 0.07 % de las muestras de porcinos y bovinos respectivamente [33]. En todos los casos, se trataba de animales sanos, y aunque no queda aclarado qué tipo de bandas de precipitación aparecieron, es muy probable que se tratase de bandas M, indicadoras de una infección anterior. No ha sido reportada en Cuba la infección en otras especies animales, domésticas o silvestres.